ANTANANARIVO, Madagascar (AP) — El presidente de Madagascar, Andry Rajoelina, indicó que huyó del país porque teme por su vida tras una rebelión militar, pero no anunció su renuncia en un discurso transmitido por la televisión nacional el lunes por la noche desde un lugar no revelado.

Rajoelina, de 51 años, ha enfrentado semanas de protestas antigubernamentales encabezadas por la Generación Z, las cuales alcanzaron un punto de inflexión el sábado cuando una unidad militar de élite se unió a las manifestaciones y pidió la dimisión del presidente y otros ministros del gobierno. Ante ello, Rajoelina denunció que se estaba llevando a cabo un intento ilegal de tomar el poder en la isla del Océano Índico y salió del país.

"Me vi obligado a encontrar un lugar seguro para proteger mi vida", señaló Rajoelina en su discurso nocturno, que fue postergado durante horas después de que soldados intentaran tomar el control de los edificios de la emisora estatal, según la oficina del presidente.

Fueron los primeros comentarios públicos de Rajoelina desde que la unidad militar CAPSAT se volvió contra su gobierno en un aparente golpe de Estado y se sumó a miles de manifestantes que se congregaron en una importante plaza de la capital, Antananarivo, el fin de semana.

Rajoelina hizo un llamado al diálogo "para encontrar una salida a esta situación", y dijo que se debe respetar la Constitución. No mencionó cómo salió de Madagascar ni dónde se encuentra, pero según un reporte fue trasladado fuera del país en un avión militar francés.

Un portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de Francia declinó comentar sobre ese reporte.

Madagascar es una excolonia francesa y, según se informa, Rajoelina tiene ciudadanía francesa, lo que ha sido una fuente de descontento para algunos malgaches durante años.

Las protestas antigubernamentales comenzaron el 25 de septiembre debido a cortes crónicos de agua y electricidad, pero han evolucionado a un descontento más amplio con Rajoelina y su gobierno.

Es el disturbio más significativo en la nación insular de 31 millones de personas ubicada frente a la costa este de África desde que Rajoelina llegó al poder por primera vez, al frente de un gobierno de transición tras un golpe de Estado respaldado por militares en 2009.

La misma unidad militar de élite CAPSAT que se rebeló contra Rajoelina desempeñó un papel destacado en su llegada al poder en 2009.

Rajoelina no ha identificado quién está detrás de este intento de golpe de Estado, pero la unidad CAPSAT ha dicho que ahora controla todas las fuerzas armadas en Madagascar y ha designado a un nuevo oficial a cargo de ellas, lo cual fue aceptado por el ministro de Defensa en ausencia de Rajoelina.

La CAPSAT parece estar en una posición de autoridad y también cuenta con el respaldo de otras unidades militares, incluidas las fuerzas de seguridad de la gendarmería.

Un comandante de la CAPSAT, el coronel Michael Randrianirina, indicó que el ejército había "respondido a los llamados del pueblo", pero negó que hubiera un golpe de Estado. En declaraciones el domingo en el cuartel general militar del país, dijo a los periodistas que le correspondía al pueblo malgache decidir qué sucederá a continuación, y si Rajoelina deja el poder y se llevan a cabo nuevos comicios.

Randrianirina señaló que sus soldados habían decidido apoyar a los manifestantes y habían intercambiado disparos con las fuerzas de seguridad que intentaban sofocar las protestas del fin de semana. Indicó también que uno de sus soldados murió. Pero no hubo choques de consideración en las calles, y los soldados que iban en vehículos blindados y ondeaban banderas de Madagascar fueron vitoreados por la gente en Antananarivo.

De todas formas, la embajada de Estados Unidos en Madagascar aconsejó a los ciudadanos estadounidenses refugiarse en sus hogares debido a una situación "altamente volátil e impredecible". La Unión Africana instó a todas las partes, “tanto civiles como militares, a ejercer calma y moderación.”

Madagascar ha sido sacudido por tres semanas de protestas antigubernamentales mortales, las cuales en un principio fueron encabezadas por un grupo que se autodenomina "Gen Z Madagascar".

Naciones Unidas dicen que las manifestaciones dejaron al menos 22 muertos y decenas de heridos, y criticaron a las autoridades malgaches por una "respuesta violenta" a lo que fueron en gran medida protestas pacíficas en los primeros días del movimiento. El gobierno ha cuestionado el número de fallecimientos.

Los manifestantes han planteado una serie de problemas, incluida la pobreza y el costo de la vida, el acceso a la educación superior y la presunta corrupción y malversación de fondos públicos por parte de funcionarios del gobierno, así como de sus familias y asociados.

Agrupaciones ciudadanas y sindicatos también se sumaron a las protestas, ante lo cual se impusieron toques de queda nocturnos en Antananarivo y otras ciudades importantes. Los toques de queda aún estaban vigentes en la capital y en la ciudad portuaria de Antsiranana, en el norte del país.

Los manifestantes de la Generación Z que iniciaron el levantamiento se han movilizado a través de internet, y dicen que se inspiraron en las protestas que derrocaron gobiernos en Nepal y Sri Lanka.

Varios gobernantes de Madagascar han sido depuestos en golpes de Estado. El país tiene un historial de crisis políticas desde que se independizó de Francia en 1960.

Rajoelina se dio a conocer por primera vez al encabezar un gobierno de transición tras el golpe de 2009 que obligó al entonces presidente Marc Ravalomanana a huir de la nación y perder el poder. Rajoelina fue elegido presidente en 2018 y reelegido en 2023 en una votación boicoteada por los partidos de oposición.

El ex primer ministro de Madagascar en el gobierno de Rajoelina, al igual que uno de los asesores más cercanos del presidente, también han huido del país y llegaron a la isla cercana de Mauricio el domingo antes del amanecer, informó el gobierno de ese país. Mauricio añadió que "no estaba satisfecho" de que el avión privado hubiera aterrizado en su territorio.

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Imray informó desde Ciudad del Cabo, Sudáfrica. El periodista de The Associated Press John Leicester contribuyó a este despacho desde París.

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Esta historia fue traducida del inglés por un editor de AP con la ayuda de una herramienta de inteligencia artificial generativa.