Camilo José Cela (1916-2002), en «Madera de boj», pone en boca de un personaje innominado la pregunta: «¿Esto no va demasiado revuelto?». Pedro Sánchez, viudo de Begoña Gómez, el domingo en el Palacio Real, dio la «espantá». Es dudoso que la consorte del presidente haya delinquido. Sin embargo, «lo que ha hecho es feo», cree el exministro Jordi Sevilla. «Si fuera mi mujer, se lo habría dicho». Al dejar viudo a su marido, unas horas eludió preguntas incómodas. Teme la exposición pública. Poco después, Morante de la Puebla se cortó la coleta en Las Ventas. La televisión del Gobierno, antes, silenció los pitidos al presidente. Son un clásico, innecesario y muchas veces orquestado, pero existen. En otros tiempos, el protocolo dictaba que nadie debía abandonar un acto regio hasta que el Rey se
Esto va demasiado revuelto, ahora con Sánchez viudo

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