Ni siquiera el jet lag le quita la sonrisa a Sullivan Fortner, recién aterrizado a Barcelona, donde este martes actuará en el Conservatori del Liceu dentro del Festival de Jazz de Barcelona. El imaginativo pianista, conocido por no discriminar géneros musicales cuando se instala en la banqueta, llega de Nueva York donde acaba de recibir el premio Larry Bell, 300.000 euros, recién estrenado galardón para pianistas de jazz –y el mejor remunerado- que cubrirá sus proyectos durante los próximos cuatro años. “Estoy feliz y honrado, aunque nervioso por el trabajo que tengo por delante” reconoce Fortner en chándal y pantuflas, sentado en un sofá del hotel NH Sants.
El premio se añade a los dos Grammy que ya posee Fortner, nacido en Nueva Orleans pero afincado en la ciudad de los rascacielos, y q