Hace décadas que los científicos comprobaron que fumar perjudica el cerebro, en parte porque afecta a la salud cardiovascular , dañando los vasos sanguíneos que le suministran oxígeno. Además, perjudica al deterioro cognitivo porque provoca inflamación crónica , lo que deriva en un mayor estrés oxidativo que destruye las neuronas . Ahora, además, ha quedado demostrado científicamente que dejar de fumar, aunque sea a una edad tardía, supone un menor deterioro cognitivo y reduce el riesgo de desarrollar demencia . Así lo ha podido constatar un estudio de investigadores del University College de Londres que se ha publicado este lunes en la revista The Lancet Healthy Longevity.

La investigación ha tomado como muestra los datos médicos de 9.500 personas de doce países distintos,

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