Tel Aviv.— Lágrimas, abrazos, gritos catárticos, emoción inmensa. Fue lo que se palpó en la llamada Plaza de los Rehenes , que se llenó como nunca para un momento que marcó un antes y un después en la historia de Israel : la liberación de los secuestrados aún vivos en Gaza , algo que hizo resucitar la esperanza del fin de la guerra .

Algunos sacaban afuera toda la angustia y lloraban abrazándose a familiares. Había personas de todas las edades, muchísimos chicos, bebés, ancianos, sacándose fotos y selfis mientras los locutores anunciaban, en dos tandas, que los chicos habían vuelto a casa.

Muchos llevaban remeras amarillas y negras con la leyenda que hizo historia, “bring them home” (tráiganlos a casa), y que se oía en los cantos, aunque algunos ya tenían otras nuevas q

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