Nos levantamos un día con certezas y al siguiente con dudas y a veces queremos el mundo y otras solo silencio, y esa oscilación no es un error, es la evidencia de que seguimos vivos.
Nos han enseñado que la vida debe ser equilibrada, como si el sentido de existir consistiera en mantener todo bajo control, el trabajo, la pareja, los hijos, la salud, los sueños, el descanso... pero con el tiempo uno descubre que ese equilibrio del que tanto se habla es más bien un mito, una especie de espejismo moderno que promete calma y plenitud, pero que rara vez coincide con la experiencia real de vivir.
Quizás el error esté en imaginar la vida como una balanza, con pesos que se distribuyen en proporciones exactas, la realidad es que se parece más a un oleaje, hay temporadas donde todo se desborda y ot