CIUDAD DE MÉXICO ( Proceso ).- Hace un año, cuando Claudia Sheinbaum Pardo tomó posesión como presidenta de México, una joven que en 2018 fue víctima de violencia sexual a manos de un cabo de la Secretaría de Marina (Semar), cuyo contralor general era José Rafael Ojeda Durán, se llenó de esperanza al pensar que, bajo el lema de “llegamos todas”, también llegaría la justicia para ella y el castigo contra su agresor y todos los funcionarios que han violado sus derechos humanos.
El optimismo de Claudia, como pide ser identificada por seguridad, se alimentó con la creación de la Secretaría de las Mujeres, cuya titular, Citlalli Hernández Mora, ofreció combatir la violencia de género y la impunidad. Su ilusión fue mayor cuando fue nombrada subsecretaria Ingrid Gómez Saracibar, quien conoce b