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Israel y Hamás avanzaron el lunes en un primer paso clave del frágil acuerdo de alto el fuego en Gaza al liberar rehenes y prisioneros, lo que generó esperanzas de que el pacto, mediado por Estados Unidos, pudiera conducir a un fin permanente de la guerra de dos años que devastó el territorio palestino.

Los israelíes observaron con júbilo en pantallas públicas, ante miles de personas, cómo los 20 rehenes liberados —todos hombres— se reencontraban con sus familias. Las multitudes estallaron en vítores mientras lágrimas de alegría corrían por los rostros aliviados.

“¡Estás vivo! Dos brazos y dos piernas”, dijo Zvika Mor al ver a su hijo Eitan por primera vez en dos años.

Cuando Bar Kupershtein se reunió con su familia, su padre, Tal, quien usa silla de ruedas tras un accidente auto

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