El reloj marca la una del mediodía, octubre avanza con prisa y el mundo interior de Nieves Medina es de color rosa. Todo a su alrededor está pintado de felicidad, el dolor apenas existe y en su cuerpo solo hay síntomas de victoria. Es normal, porque hace apenas unos minutos ha recibido la noticia más esperada de su oncóloga: tiene el alta médica después de diez años luchando contra el cáncer de mama. Una sensación de sentimientos encontrados recorren su cuerpo, y por su mente pasan dos cuestiones primordiales: la primera de ellas, ir corriendo a la peluquería para hacerse un cambio de look, y la segunda, organizar una cena con su marido, hijas y nietos para darles la noticia.
"Me han dado el alta" expresa con la voz temblorosa y con alguna que otra lágrima recorriendo sus mejil