La contundencia de los resultados rompió el cerco institucional. Los noticiarios lo retomaron, las redes lo amplificaron, los periódicos locales lo titularon sin sutilezas: “El pueblo ya lo corrió.” Nadie, ni en Tabasco ni en la Ciudad de México, intentó revertir la narrativa. La omisión fue más poderosa que cualquier comunicado.
Así terminó el mito de inmunidad que lo acompañó durante años. El político que se creyó indispensable para la 4T descubrió que la política, como el poder, no tiene memoria.
Su figura, que durante un sexenio fue la sombra del presidente, quedó reducida a un expediente estadístico. Y cuando un político se vuelve un número, ya está fuera del juego.
EL VACÍO
El vacío que rodea a Adán Augusto no es el de un político derrotado, sino el de un sistema que se mueve sin