El estruendo de las bombas comienza tímidamente a ser reemplazado por el rugido de las excavadoras en la Franja de Gaza. Tras dos años de bombardeos diarios, el territorio —cuatro veces más pequeño que la Ciudad de México— inicia una lenta y dolorosa transición hacia la reconstrucción. La prioridad inmediata: abrir caminos y calles para permitir el paso de ayuda humanitaria, ambulancias, camiones y vehículos particulares. Solo entonces podrá comenzar la demolición de decenas de miles de edificios semidestruidos y el intento de borrar el paisaje apocalíptico que dejó el conflicto.

Según el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (UNDP), el 84% del territorio de Gaza está destruido , mientras que la Ciudad de Gaza ha sufrido una devastación del 92% . La magnitud del daño supera

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