Fragilidades
Juan Carlos Sánchez Magallán
El reciente acuerdo de paz entre Israel y Gaza, impulsado por el presidente Trump, se presenta ante el mundo como un logro histórico que pone fin a años de conflicto. Sin embargo, detrás de los discursos del poder y los gestos de reconciliación, emerge una realidad mucho más frágil: la de una paz impuesta, sin raíces en la voluntad de los pueblos y sostenida apenas por el interés de las potencias que la promovieron. Desde una mirada crítica, esta tregua parece estar colgada de alfileres.
Una paz verdadera no puede construirse sobre acuerdos entre élites ni sobre mesas donde el pueblo no tiene voz. En este caso, las y los palestinos comunes, las organizaciones civiles y la Autoridad Nacional Palestina fueron relegados del proceso.
A ello se suma