Su primer aviso es que no le imiten porque es un ejercicio realizado por profesionales. Cristo ha descendido 22 pisos de un edificio en construcción y abandonado ayudado únicamente por la fuerza de sus brazos. Cornisa a cornisa se ha colgado desde el piso 22 hasta descender al suelo. Solo con ver la imagen provoca vértigo. Pero para este amante del riesgo no hay obstáculo que se le resista. Se tumba en el borde del entresuelo de la planta 22 de este edificio abandonado en la localidad de Añaza en la capital tinerfeña. Coloca sus manos en el filo y, con la fuerza de sus brazos se gira por completo para saltar hasta la planta inferior, al límite. Y así hasta 22 plantas.

Asegura que es "el reto más mental que ha realizado en su vida". Para poder llevarlo a cabo necesitaron días de prepar

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