En plena comarca del Nansa, Cantabria custodia uno de los patrimonios literarios más valiosos de España: la Casona de Tudanca , un museo-biblioteca que conserva más de 25.000 documentos originales de figuras clave de la literatura española del siglo XX como Federico García Lorca, Miguel de Unamuno, Rafael Alberti o Gerardo Diego .

Un legado cultural silencioso entre montañas

Entre nieblas, montes escarpados y casas de piedra , el municipio de Tudanca , con apenas cien habitantes, resguarda una joya poco conocida incluso para los propios cántabros. Su historia está indisolublemente ligada a José María de Cossío , destacado crítico literario y académico de la RAE , quien convirtió su residencia estival en un verdadero santuario para la intelectualidad española .

La Casona de Tudanca , erigida en 1752 por un indiano retornado del Perú, no es solo un edificio histórico; es el escenario donde se gestaron amistades, cartas, debates y parte de la memoria escrita de una de las generaciones literarias más influyentes del país . Cossío, generoso con su herencia cultural, donó la casa y su contenido al Estado en 1975 , garantizando su conservación y difusión. Desde 1982 funciona como museo público y desde 2000 es gestionado por el Gobierno de Cantabria .

Un museo vivo entre los valles de Cantabria

El recinto, catalogado como Monumento Histórico-Artístico , permite a los visitantes adentrarse en la vida íntima de la literatura española . Sus salas exhiben manuscritos originales, cartas personales, primeras ediciones firmadas y una biblioteca sin parangón.

Las visitas, guiadas y con aforo limitado , recorren durante 50 minutos la capilla, el archivo, la biblioteca y las estancias donde alguna vez pasearon Unamuno o Lorca . Para muchos, es una experiencia emocional y académica a partes iguales, en un lugar donde el paisaje cántabro refuerza la densidad intelectual del entorno.

Tudanca, entre letras, piedra y tradición

Más allá del museo, Tudanca ha sido reconocido como Bien de Interés Cultural desde 1983, gracias a la preservación de su arquitectura montañesa tradicional : tejados inclinados, muros de piedra y solanas de madera que se reparten en terrazas sobre la ladera.

El municipio mantiene vivas las tradiciones rurales , entre ellas, la ganadería de la vaca tudanca , protegida por una Indicación Geográfica Protegida , y una gastronomía de altura que ofrece desde carnes de pasto hasta postres como la quesada pasiega y los frisuelos lebaniegos.

Además, su red de rutas de senderismo , miradores y enclaves religiosos como la iglesia de San Pedro o la de San Tirso , completan una oferta cultural y natural difícil de igualar.

Una visita que fusiona cultura y naturaleza

En tiempos donde el turismo literario gana protagonismo, Tudanca se erige como destino esencial en Cantabria , tanto para investigadores como para amantes de la historia, la poesía y el legado cultural de España.

La Casona de Tudanca no solo conserva libros y documentos: conserva una forma de entender la cultura como raíz, diálogo y refugio.