París El primer ministro de Francia, Sébastien Lecornu, ha escapado a la censura por los pelos. La Asamblea Nacional ha rechazado este jueves la moción de censura presentada por la izquierda radical por muy poco: la moción ha sido votada por 271 diputados, 18 menos de los 289 que se necesitaban para tumbar al gobierno. Los socialistas y la derecha han decidido no votarla, aunque algunos diputados rebeldes de ambas formaciones han optado por desobedecer la consigna. El nuevo jefe de gobierno se comprometió el martes a suspender la reforma de las pensiones para evitar que los socialistas se sumaran a la censura. La jugada le salió bien.

Lecornu, macronista procedente de la derecha, se ha salvado. Pero el resultado de la votación tan apretado vuelve a poner en evidencia la frágil situació

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