Se lo compró ella, pero me lo pongo más yo es una afirmación que circula en los dos sentidos de una misma dirección: la que separa el armario de una madre y el de su hija. Y si no que le pregunten a Carolina de Mónaco y a Carlota Casiraghi que suelen coincidir en sus elecciones, siempre elegantes, a menudo de Chanel, y que, en alguna que otra ocasión, hasta ha llevar el mismo vestido. Estrenado por una y heredado por la otra. Ocurre hasta en las mejores familias.
Los looks intercambiables de una madre (Carolina de Monaco) y una hija (Carlota Casiraghi)
En su última aparición conjunta en los premios Prince Pierre , madre e hija, volvieron a impartir una valiosa lección de sofisticación , un máster en lujo silencioso, ambas vestidas de negro con la melena suelta y brillante