A las luciérnagas les gusta brillar en la noche pero les cuesta aparearse cuando la luz artificial es demasiado fuerte, revela un estudio este miércoles que advierte sobre los efectos de la contaminación luminosa en algunos insectos.
El impacto de las lámparas en el comportamiento de numerosos animales nocturnos ha sido ya comprobado. Es el caso de la mariposa nocturna, que confunde la bombilla eléctrica con la Luna, y acaba muriendo de agotamiento.
Dos investigadoras de la universidad de Tufts, en Estados Unidos, midieron directamente los efectos de la luz artificial nocturna en el apareamiento de esos coleópteros bio luminiscentes.
Los machos adultos lanzan flashes a los que responden las hembras interesadas (Istock).
En el mundo existen más de 2.000 especies de luciérnagas , de