El Nobel de Paz, para merecerlo, se convirtió en un hecho demagógico, más que una colaboración a una real edificación de paz. Alfred Nobel con un loable propósito inventó la Dinamita, pero todo uso se pauperiza y termina por desvirtuarse el fin y el propósito muta a una implementación inadecuada. La mezcla explosiva de la Nitroglicerina que da como resultado la Dinamita, usada en la minería y la construcción de vías en zonas agrestes, fue en su momento un gran avance, pero con los vientos de guerra fue conducida a tomar otros rumbos que con el paso del tiempo se empleó en los conflictos bélicos dándole así un uso no deseado por su creador.
El señor Alfred Nobel reflexionó sobre el papel de la Dinamita y trató de enmendar su legado como inventor de ella. Su deseo central fue beneficiar