Las interrupciones de cuidado y protección en las primeras etapas de la vida pueden afectar la pubertad y potencialmente acelerar el proceso de envejecimiento, según un nuevo estudio. Los investigadores comprobaron que las separaciones o los cambios de ubicación durante la infancia pueden tener numerosos efectos perjudiciales: estos incluyen retrasos cognitivos, en el crecimiento y un mayor riesgo de trastornos psicológicos.
Investigadores ligados al Boston Children’s Hospital y al Bucharest Early Intervention Project (BEIP), en Estados Unidos, han publicado un estudio en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS) en el cual advierten que las desatenciones y “vacíos” en el cuidado durante la infancia, como separaciones, cambios reiterados de cuidador o constantes