El volumen de la rutina y de la música no ha bajado en la cotidianidad de los venezolanos. Cerca del centro de Caracas, en el Teatro Teresa Carreño, se estrenó un musical a casa llena, días después de que una conocida fiesta de salsa reuniera a más de 1.000 personas en el oeste de la ciudad. También comenzó la temporada de béisbol mientras la ciudad sigue su ritmo. El tránsito, las calles y los mercados muestran escenas habituales, pero, a un volumen más bajo, casi entre murmullos, se suma cada vez más a la conversación el tema del despliegue de buques de guerra estadounidenses en el mar Caribe y el temor de un posible ataque por tierra. Y con esto, pequeños cambios en el día a día.

“El venezolano lo que vive es en angustia pensando qué puede pasar”, dice Ivonne Caña mientras camina a m

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