Las Fiestas del Arriero en Ciudad Bolívar fueron durante décadas el orgullo de todo un pueblo y el alma de una región. Eran sinónimo de alegría, tradición y pujanza, un reflejo fiel del carácter arriero que distinguía a los bolivarenses como trabajadores, alegres y profundamente enamorados de su tierra.

En aquellos años dorados, la calle 4ª se convertía en una pasarela de elegancia y emoción. Los mejores ejemplares equinos del país desfilaban con su paso fino impecable, mostrando la grandeza de los criaderos más prestigiosos de Colombia. Campeones nacionales e internacionales adornaban una fiesta que reunía a visitantes de todo el departamento y que ponía a Ciudad Bolívar en lo más alto del mapa cultural de Antioquia.

La música también tenía su espacio sagrado. Artistas de talla nacional

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