El ambicioso plan para resucitar una suerte de servicio militar en Alemania ha quedado en dique seco. Ha sido el propio ministro de Defensa, Boris Pistorius, quien ha decidido meter en un cajón la iniciativa con la que pretendía robustecer las fuerzas armadas del país, dejando el futuro de la conscripción en un completo limbo legislativo . La propuesta, que ya había generado un notable debate público, se encuentra ahora mismo sin rumbo claro.

De hecho, la propuesta legislativa era, en realidad, un frágil castillo de naipes político. Nacía de la necesidad de conciliar dos visiones opuestas dentro de la coalición de gobierno: por un lado, la de los socialdemócratas, que apostaban por un modelo puramente voluntario; y por otro, la de sus socios democristianos, que exigían la vuelta a un se

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