Este domingo, Bolivia se enfrenta a un momento decisivo en su historia política. Por primera vez, los ciudadanos acuden a las urnas para una segunda vuelta presidencial. Los candidatos son Rodrigo Paz, del Partido Demócrata Cristiano, y Jorge "Tuto" Quiroga, de la Alianza Libre. Esta elección marca un cambio significativo tras dos décadas de dominio del Movimiento al Socialismo (MAS).
La jornada electoral comenzó de manera tranquila, con la participación de más de 27,000 policías para garantizar el orden en las 35,000 mesas de votación. El presidente saliente, Luis Arce, fue el primero en emitir su voto en La Paz, instando a los ciudadanos a participar y respetar los resultados. "Exhortamos a los dos candidatos a cuidar la democracia y respetar el resultado", declaró Arce.
Óscar Hassenteufel, presidente del Tribunal Supremo Electoral (TSE), aseguró que las elecciones serían "justas, limpias, transparentes y confiables". La votación se extenderá hasta las 16:00 (20:00 GMT), y se espera que los resultados preliminares se den a conocer entre las 20:00 y las 21:00 horas. Un total de 7.9 millones de bolivianos están habilitados para votar, tanto en el país como en el extranjero.
Los votantes buscan un cambio en medio de la peor crisis económica que ha enfrentado Bolivia en décadas. La inflación acumulada hasta agosto es del 18.3%, y el déficit fiscal ronda el 10% del Producto Interno Bruto. El nuevo presidente deberá formar alianzas para lograr la gobernabilidad y enfrentar estos desafíos económicos.
Rodrigo Paz, de 58 años, sorprendió al ganar la primera vuelta con el 32% de los votos, mientras que Quiroga, de 65 años, obtuvo el 26%. Ambos candidatos han prometido cambios significativos en la política económica del país. La votante Yola Rojas, de 67 años, expresó su deseo de que las promesas de ayuda se hagan realidad, mientras que Raúl Negrete, arquitecto de 58 años, optó por Quiroga por su experiencia.
El nuevo mandatario asumirá el cargo el 8 de noviembre. Esta elección representa un giro hacia políticas de libre mercado y apertura a la inversión extranjera, dejando atrás casi 20 años de economía estatista. La misión de observación electoral, que incluye 19 misiones internacionales y nacionales, supervisa el proceso electoral, asegurando su transparencia y legitimidad. El TSE tiene un plazo de siete días para anunciar los resultados finales, lo que marcará el rumbo político y económico de Bolivia en los próximos años.