La decisión emitida por un tribunal de apelaciones en Francia ha devuelto la tranquilidad a un trabajador que fue despedido de forma fulminante tras advertir un posible robo en su centro laboral. La sentencia obliga a la empresa a pagarle 25.500 euros como compensación por despido improcedente y por los costes judiciales del proceso.
El incidente ocurrió durante un turno nocturno en una fábrica del norte de Francia , donde el empleado, que llevaba en la empresa desde 2013, observó a un compañero transportando barras de metal sin autorización visible . Al considerar que se trataba de un acto ilícito, lo notificó de inmediato a su jefe de equipo. Sin embargo, el superior le aseguró que la retirada del material estaba autorizada y que debía destinarse a un contenedor, desestimando