La Paz, 19 oct (Prensa Latina) – Bolivia se encuentra en medio de una jornada electoral histórica, donde se elige al próximo presidente entre dos candidatos de derecha, Rodrigo Paz y Jorge Quiroga. Este balotaje es inédito, ya que marca el fin de dos décadas de gobiernos socialistas en el país. La votación se desarrolla en un contexto de crisis económica, lo que ha llevado a los ciudadanos a centrarse en las propuestas para salir de esta situación crítica.

Gustavo Ávila, vocal del Tribunal Supremo Electoral (TSE), calificó la jornada como positiva. A las 16:00 hora local, comenzará el escrutinio y el reporte de datos al Sistema de Resultados Preliminares (Sirepre). Hasta el momento, las mesas de votación han funcionado sin inconvenientes, y se espera que el conteo de votos se realice de manera puntual.

En las elecciones generales del 17 de agosto, Paz, del Partido Demócrata Cristiano (PDC), obtuvo el 32,06 % de los votos, mientras que Quiroga, de la alianza Libre, alcanzó el 26,70 %. Ambos candidatos se enfrentan en esta segunda vuelta, que se activa cuando ningún candidato logra el 50 % de los votos válidos o el 40 % con una diferencia de diez puntos sobre el segundo.

La campaña electoral ha estado marcada por acusaciones y controversias. Edman Lara, compañero de fórmula de Paz, ha calificado a Quiroga de "cobarde", mientras que el candidato de la alianza Libre ha enfrentado denuncias por racismo. A pesar de estos enfrentamientos, ambos candidatos presentan propuestas económicas divergentes para enfrentar la crisis que afecta a Bolivia.

Quiroga propone un "plan de salvataje" que inyectaría 12.000 millones de dólares mediante préstamos internacionales. Por su parte, Paz plantea un modelo de "capitalismo para todos", que incluye la formalización laboral y la reducción de impuestos, sin recurrir a financiamiento externo hasta reordenar las cuentas públicas. Ambos coinciden en la necesidad de aplicar recortes al gasto público, especialmente en subsidios a combustibles.

La situación económica en Bolivia se ha deteriorado, con una contracción del 2,4 % en la producción nacional en el primer semestre de 2025 y una inflación interanual del 23 % en septiembre. Las reservas internacionales netas están en niveles críticos, lo que afecta la capacidad del Estado para importar combustibles. El comercio exterior también ha registrado un saldo negativo de 85 millones de dólares en agosto.

Los analistas advierten que el nuevo presidente enfrentará el desafío de generar acuerdos para implementar sus propuestas, ya que ninguno de los candidatos tendrá mayoría en la Asamblea Legislativa. El Movimiento Al Socialismo (MAS), que gobernó casi ininterrumpidamente desde 2006, ha quedado reducido a solo 10 de 166 legisladores, pero aún podría influir en las calles.

La incertidumbre entre los votantes es palpable. Algunos expresan su preocupación por la crisis económica y la falta de empleo, mientras que otros buscan propuestas que garanticen la continuidad de los programas sociales. La jornada electoral de hoy no solo definirá al nuevo presidente, sino que también marcará un nuevo rumbo en la política boliviana, con la esperanza de un futuro más estable y próspero.