La tensión entre el dato y la percepción está en el centro del debate contemporáneo. Mientras las estadísticas confirman tendencias sostenidas a la baja, los hechos aislados ensombrecen una reducción tangible de la incidencia delictiva. Esa brecha es desafío para la política pública.

El reciente informe mensual de seguridad de la Ciudad de México, presentado por la Jefa de Gobierno Clara Brugada y su gabinete, confirma una trayectoria positiva más allá de discursos. En comparación con 2019, los delitos de alto impacto han disminuido 59 por ciento, y solo respecto al año pasado, el descenso fue del 12 por ciento. Los homicidios dolosos cayeron 48 por ciento y 10 por ciento. Septiembre marcó el noveno mes consecutivo con tendencia a la baja, acompañado de más detenciones y una mayor eficien

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