Si la institucionalidad está socavada en la Argentina y sus políticos sospechados, el fútbol no es la excepción. Sucede todos los fines de semanas. Con o sin VAR, los árbitros cometen errores que son objeto de críticas y suspicacias. No importa la categoría. Desde la Liga Profesional hasta el Torneo Federal A, se producen fallos injustificables y la AFA es señalada por la falta de transparencia. Lo que ocurrió el domingo en Jujuy, entonces, no hace más que ratificar que la pelota está manchada, muy a pesar de aquella legendaria frase de Diego Maradona .
El bochornoso arbitraje de Lucas Comesaña derivó en la suspensión del partido que Gimnasia le ganaba a Deportivo Madryn con un gol de Alejandro Quintana a los 43 minutos de la primera etapa. A los 14, no cobró un clarísimo