El pasado jueves, en la segunda planta del Hospital Universitario Puerta de Hierro , el sonido de una voz lírica rompió la rutina. Eran las once y media cuando la mezzosoprano Carla Sampedro empezó a cantar en el pasillo, sin micrófonos ni focos, solo acompañada de un público improvisado. Los pacientes se fueron asomando poco a poco. Las notas de ópera, tan inesperadas en un entorno clínico, llenaron de luz un lugar donde habitualmente se escucha el pitido de las máquinas. El concierto, titulado “Acordes que inspiran”, formaba parte de Música en Vena , una iniciativa que desde hace más de una década lleva música en directo a hospitales y residencias de toda España. Lo que comenzó como un gesto de amor y homenaje se ha convertido en un movimiento de humanización hospitalaria reconocido

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