
En su reciente intervención ante el Congreso de los Diputados, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, sorprendió al anunciar la creación de un nuevo catálogo de monumentos de exaltación franquista . La medida, enmarcada en la Ley de Memoria Democrática , busca ampliar el alcance simbólico y legal de la normativa ya vigente desde 2022. La pregunta que surge es: ¿queda aún en España patrimonio con reminiscencias del franquismo? ¿Y qué consecuencias tendría su eliminación?
Durante las últimas dos décadas, los cambios legislativos impulsados primero por José Luis Rodríguez Zapatero —con la Ley de Memoria Histórica (2007) — y después por Sánchez, han transformado visiblemente el paisaje urbano y simbólico de muchas ciudades españolas. Placas, cruces, nombres de calles y estatuas han sido retiradas o sustituidas en cumplimiento de lo establecido por la ley. Sin embargo, algunos monumentos todavía resisten al paso del tiempo y al empuje institucional por revisar el legado franquista.
Los símbolos que aún sobreviven
Uno de los focos más simbólicos de este debate continúa siendo el Valle de los Caídos , rebautizado como Valle de Cuelgamuros . Aunque los restos de Francisco Franco y José Antonio Primo de Rivera fueron exhumados, la gran cruz que corona el conjunto sigue en pie, lo que ha generado críticas desde sectores de la izquierda y organizaciones memorialistas. La cuestión de si esa cruz puede —o debe— ser retirada es altamente polémica, no solo por su tamaño y complejidad técnica, sino por su carga religiosa y patrimonial.
En Santiago de Compostela , la Plaza de la Quintana conserva una cruz blanca junto a una inscripción en piedra con el nombre de José Antonio Primo de Rivera. El monumento está incrustado en el muro del monasterio de San Pelayo de Antealtares , parte del conjunto declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO , lo que complica cualquier intento de alteración sin supervisión internacional. Paradójicamente, es en esa misma plaza donde el Bloque Nacionalista Galego (BNG) celebra cada 25 de julio su tradicional manifestación independentista.
Otro símbolo señalado por expertos y medios es la Pirámide de los Italianos , ubicada en Valle de Valdebezana (Burgos), construida para albergar los restos de soldados fascistas italianos caídos en la Guerra Civil. Aunque ha sido objeto de controversias, el monumento cuenta con protección como Bien de Interés Cultural (BIC) , lo que blinda su posible demolición, a menos que se modifiquen leyes de patrimonio.
También se han mencionado otros monumentos como el Arco de la Victoria , situado en la Avenida Complutense de Madrid; el Monumento a los Héroes de Simancas , en Gijón; o el Águila de Sagardía , aún en pie pese a su evidente vinculación con la simbología franquista.
¿Qué contendrá el catálogo?
Aunque Sánchez no ha detallado aún el contenido específico del nuevo catálogo, se prevé que incluirá una revisión ampliada de elementos franquistas aún no retirados , con informes técnicos que valoren su simbolismo, estado de conservación y grado de exaltación.
No se trata solo de monumentos grandes y visibles. Placas conmemorativas en cementerios, nombres de calles menores o relieves en antiguos edificios oficiales también podrían incluirse en esta “lista negra”. El reto jurídico , sin embargo, será aplicar medidas sin contravenir leyes de protección patrimonial o chocar con competencias autonómicas.