El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez , encara una de las semanas más delicadas de la legislatura. Carles Puigdemont y su partido, Junts per Catalunya , han iniciado el proceso para decidir la ruptura definitiva con el PSOE , lo que podría dejar al Ejecutivo sin mayoría parlamentaria y precipitar el final del mandato.

Según fuentes de la formación independentista consultadas por El Mundo , Puigdemont apuesta por “abandonar en vía muerta” a Sánchez : romper de facto el acuerdo de investidura firmado hace casi dos años en Bruselas, votar en contra de las principales iniciativas del Gobierno y someter la decisión final a una consulta entre la militancia .

«El pacto de Bruselas está roto. El Gobierno no ha cumplido nada», reconocen dirigentes de Junts.

Ruptura tras el fracaso de las conversaciones en Suiza

El distanciamiento entre ambos partidos se agravó tras la última reunión mantenida en Suiza , bajo la mediación de los observadores internacionales que supervisaban el cumplimiento del acuerdo. Fuentes conocedoras del proceso aseguran que “ni siquiera se celebrará la última cita prevista” , al considerar los mediadores que las conversaciones «ya no tienen sentido».

Desde Junts se reprocha al PSOE no haber avanzado en ninguno de los compromisos adquiridos , especialmente en la oficialidad del catalán en la Unión Europea y en la transferencia de competencias en materia de inmigración a la Generalitat.

El Ejecutivo de Sánchez decidió esta semana aplazar sine die la votación sobre el catalán en Bruselas , tras encadenar dos derrotas diplomáticas, y tampoco ha logrado apoyo suficiente para tramitar la cesión de competencias migratorias, frenada por el rechazo de Podemos.

Perpiñán, el escenario de la decisión final

La ejecutiva de Junts celebrará el lunes 27 de octubre en Perpiñán un cónclave decisivo, encabezado por Puigdemont, coincidiendo simbólicamente con el octavo aniversario de la declaración unilateral de independencia .

En esa reunión se debatirá si dar por roto el acuerdo con el PSOE y formalizar el paso a la oposición total en el Congreso.

La vicepresidenta de Junts, Míriam Nogueras , ya dejó entrever el desenlace al afirmar esta semana en el Congreso que “quizá ha llegado la hora del cambio” y que “ el tiempo de los ultimátums ha terminado ”.

«Lo que haga Junts no lo decidirá nadie por Junts», advirtió Nogueras, en alusión a las presiones del PSOE.

Escenario de moción de censura

Dentro del independentismo circula también la posibilidad de una moción de censura “instrumental” que desaloje a Sánchez de La Moncloa. El vicepresidente de Junts, Toni Castellà , planteó públicamente ese escenario, siempre que el candidato alternativo no fuese Alberto Núñez Feijóo , sino una figura técnica o de consenso que convocara elecciones de inmediato.

«En teoría, podría ser cualquier persona del Estado español que no aspire a ser presidente. Un tecnócrata que convoque elecciones», explicó Castellà.

Aunque la dirección de Junts considera esta opción “poco probable”, no la descarta por completo.

Fuga de votantes y presión electoral

El deterioro de las relaciones con el PSOE se produce en un contexto de pérdida de apoyo electoral para Junts. Los últimos sondeos sitúan a la formación independentista a sólo dos escaños de Aliança Catalana , el partido de Sílvia Orriols , que capitaliza el voto soberanista más duro y crítico con los pactos con Madrid.

Ante ese avance, varios alcaldes de Junts se reunieron esta semana en Bruselas con Puigdemont y Jordi Turull para reclamar un giro político hacia posiciones más firmes en materia de inmigración, seguridad y ocupación de viviendas, con el objetivo de frenar el avance de Aliança de cara a las municipales de 2027.

«Junts corre el mismo riesgo que ERC: desaparecer como socio de Sánchez y como referente del independentismo», advierten fuentes internas.

Sánchez, entre la aritmética y la resistencia

Desde La Moncloa , el equipo de Pedro Sánchez pide tiempo y asegura que el Gobierno “ ha cumplido buena parte de los compromisos ” con Cataluña. Sin embargo, en el entorno del presidente reconocen que una ruptura de Junts dejaría la legislatura gravemente tocada , al perder su principal apoyo parlamentario.

El PSOE , por su parte, intenta rebajar la tensión y descarta un adelanto electoral inmediato, aunque fuentes del partido admiten que “la estabilidad pende de un hilo” .