Las elecciones legislativas en Argentina se perfilan como un evento crucial para el futuro del presidente Javier Milei y su gobierno. Más allá de los resultados en términos de bancas, el mercado financiero está atento a las decisiones políticas que se tomen tras la votación. Desde hace tiempo, el Gobierno ha elevado la importancia de este comicio, tratándolo casi como una elección presidencial. El análisis de Outlier destaca que, aunque Milei inicialmente presentó la elección como un “plebiscito de gestión”, la narrativa ha cambiado. Ahora se reconoce que se trata de una elección legislativa, donde el número de bancas es fundamental. El mensaje del presidente tras los resultados será determinante. La reciente elección en la provincia de Buenos Aires dejó un precedente: Milei aceptó la derrota, prometió correcciones y no mostró enojo hacia los votantes. Esto contrasta con la actitud de Mauricio Macri tras las PASO de 2019, donde su pasividad generó un desplome en los mercados. Mariano Ricciardi, economista de BDI, señala que los inversores no solo se fijan en el resultado electoral, sino también en la interpretación política que se haga después. “No se necesita un triunfo aplastante para sostener la gobernabilidad, sino equilibrio y continuidad”, afirma. En las horas posteriores a la elección, se anticipa que Milei anunciará un nuevo gabinete, lo que podría dar pistas sobre su relación con el PRO y si Macri influirá en la selección de ministros. La reciente designación de Pablo Quirno como canciller se ha interpretado como un movimiento estratégico para asegurar el apoyo de Estados Unidos. El informe de Grupo IEB considera positiva la incorporación de Quirno, dada su orientación económica y su buena relación con el macrismo. Además, se espera que las bancas del PRO y de La Libertad Avanza (LLA) se unan para definir la composición de las futuras cámaras legislativas. La elección del domingo no solo es un test para Milei como outsider, sino que también determinará su dependencia de los gobernadores y su capacidad para avanzar con su agenda. Según la consultora PxQ, el resultado definirá el grado de negociación que Milei necesitará con los gobernadores y el Congreso. El objetivo mínimo de Milei es conseguir un tercio de las bancas para bloquear iniciativas que amenacen el superávit fiscal. Sin embargo, se recuerda que solo dos presidentes han triunfado en elecciones intermedias: Néstor Kirchner en 2005 y Macri en 2017, aunque con resultados dispares. A pesar de un resultado positivo, Milei podría no contar con las mayorías necesarias para implementar reformas estructurales. Los borradores de cambios laborales y fiscales, que son esperados por el mercado, no se llevarán a cabo sin una negociación efectiva con los gobernadores y un acercamiento al PRO. La relación con los gobernadores es clave. Si Milei recurre a un discurso hostil hacia el Congreso, como llamar “degenerados fiscales” a los legisladores, las reformas necesarias para el avance de su plan no se concretarán. El informe de PxQ concluye que la debilidad estructural del oficialismo no solo radica en las bancas en juego, sino también en su limitada coordinación territorial, lo que afecta su capacidad para construir mayorías estables y sostener su programa de gobierno. La elección del domingo será una prueba para Milei, quien deberá demostrar que puede extrapolar su liderazgo personal a una base política más amplia.