Se presentaron como el gobierno de la transparencia y de la cero tolerancia a la opacidad y la corrupción. Sin embargo, poco más de un sexenio después han demostrado que todo fue un engaño para esconder los malos manejos en la administración pública de México.

Un ejemplo ilustrativo es el de Adán Augusto López Hernández, quien durante su gestión como gobernador de Tabasco dejó al estado sumido en una deuda millonaria.

El problema no es solo la deuda de 8 mil 500 millones de pesos, sino que el Congreso local, con mayoría de Morena, aprobó la cuenta pública sin revisión alguna.

Cada día demuestran que la “cero corrupción” es solo para quienes se les oponen; para los “suyos”, como Adán Augusto, la justicia parece completamente ciega.

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¿En Din

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