El pasado fin de semana nos tocó pasar por diversas carreteras comarcales de Castilla y León. Acompañaba el buen tiempo, lo que nos permitió admirar el paisaje agrícola de la provincia de Soria. Antes, ese paisaje era muy parecido al que aún podemos disfrutar en Tierra Estella: campos de cultivo preparados para la siembra, granjas dispersas, ganado pastando, huertas junto a los pueblos y, sobre todo, vida rural.

Hoy, en buena parte de Soria, ese paisaje ha desaparecido. En su lugar, el viajero solo encuentra parques fotovoltaicos, grandes parques eólicos y macrogranjas. Han desaparecido las ganaderías pastando, los campos cultivados y, lo más preocupante, las personas que habitaban esas tierras. No hay tractores a la vista, ni pastores, ni vecinos transitando por los pueblos. En su lugar,

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