Las palabras del Rey ayer en el funeral de Estado en Valencia han sonado más medidas que nunca. Un discurso muy breve en el que ha condensado el sentir de familiares de las víctimas y de todo el pueblo español ante una tragedia extremadamente politizada. Seguro que no fue fácil, una vez más, la elección de unas palabras que debían representarnos a todos.

Felipe VI ha sido la única autoridad en intervenir a petición de Moncloa, organizadora del acto, por razones evidentes. Culquier otra persona habría despertado susceptibilidades y reabierto unas heridas aún muy lejos de cicatrizar. «Lo que ocurrió ese día, esa noche, y lo que siguió, nos trae a todos recuerdos tremendamente duros y sobrecogedores. En aquella fatídica fecha, una terrible dana nos golpeó con fuerza en Andalucía, Castilla-La

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