La entrada de Jerusalén se vio este jueves bloqueada por una marea de blanco y negro: decenas de miles de hombres ultraortodoxos protagonizaron su manifestación más grande en una década en protesta contra su reclutamiento para prestar el servicio militar , obligatorio para el resto de los habitantes de Israel .

Los pasillos y escaleras mecánicas de la estación de tren de la ciudad presentaban, ya desde la mañana, un paisaje pintoresco de camisas blancas, trajes negros, sombreros de copa, barbas largas y los característicos ‘peyot’ (mechones rizados) de estos religiosos, que basan su vida en el estudio de la Torá y viven de acuerdo a la interpretación más estricta del judaísmo.

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