Un gesto tan sencillo como adelantar la hora de la cena puede marcar una diferencia notable en la salud digestiva y en la calidad del sueño. Nutricionistas y especialistas en medicina del sueño coinciden: comer más temprano —al menos dos o tres horas antes de ir a dormir— ayuda al cuerpo a completar parte del proceso digestivo mientras seguimos activos, evitando molestias nocturnas y favoreciendo un descanso reparador.

La recomendación, que gana terreno en consultas y publicaciones científicas, rompe con el hábito, muy extendido en España, de cenar tarde. Según expertos en nutrición, cenar antes permite respetar los ritmos circadianos, ciclos naturales que regulan funciones como la digestión, el metabolismo y el sueño .

Menos reflujo, mejor descanso

Comer justo antes de acostarse ob

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