El juicio contra el fiscal general del Estado cubre la mitad de las sesiones. Veinte testigos han desfilado ya por el Tribunal Supremo y, de momento, acusaciones y defensas han tratado el motivo por el que se celebra esta vista pública de manera tangencial. Hemos escuchado quejidos y dilemas morales. Se han denunciado campañas de la Comunidad de Madrid para extender "sombras de sospecha" sobre la Fiscalía. Y de contrario, "operaciones" del aparato del Estado "para arruinar a una rival política", como Isabel Díaz Ayuso. Poco se ha hablado sobre la filtración del correo en el que Alberto González Amador, pareja de la presidenta de la Comunidad de Madrid, reconocía que "ciertamente se han cometido dos delitos fiscales".

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