PSOE y Sumar consideran que el KO sólo se produciría con una moción de censura a priori imposible por la necesidad de que confluyan PP, Vox y Junts en el apoyo a un candidato alternativo

Todo lo que Junts bloqueará en el Congreso: Presupuestos, reforma de la Justicia o la ley de secretos oficiales

Junts asesta un nuevo golpe al Gobierno: no aprobará ninguna ley en lo que queda de legislatura, salvo las cinco que estaban acordadas antes de que Carles Puigdemont decidiera la ruptura. El movimiento anunciado por la portavoz en el Congreso, Míriam Nogueras, busca poner contra las cuerdas a Pedro Sánchez, que había minimizado el órdago bajo la premisa de que Junts siempre había hecho “gala de ser oposición” y estaba convencido de que la situación no cambiaba sustancialmente, porque se negociarían las medidas “votación a votación”.

La formación independentista da un paso más en el divorcio al dejar claro que no servirá como muleta para sacar adelante cuestiones puntuales. “Se ha acabado”, dicen los de Puigdemont, que muestran su malestar con la reacción que ha tenido el Gobierno de dar por hecho que todo seguiría igual. Junts presentará enmiendas a la totalidad a las 25 leyes que están en tramitación en el Congreso y votará en contra de otras 21, solo salvará cinco que estaban acordadas antes de la decisión de romper. Y anticipa el rechazo a todo lo que salga del Consejo de Ministros, incluidos los Presupuestos Generales del Estado, porque recuerdan que su papel no es dar “estabilidad” al Gobierno.

En la práctica, supone el bloqueo de la legislatura. “Ha perdido su capacidad legislativa”, ha advertido Nogueras, que considera que esta decisión es un “baño de realidad” para PSOE y Sumar ante la tranquilidad con la que reaccionaron al último envite. En el Gobierno consideraron que la ruptura de Puigdemont supondría el fin de las reuniones en Suiza, que tras la entrada en prisión del secretario de Organización, Santos Cerdán, había pilotado José Luis Rodríguez Zapatero. Pero que lo demás sería más de lo mismo. “Ninguna diferencia”, valoraba entonces un miembro del Gobierno. “Por supuesto que la legislatura va a continuar”, señalaban en el entorno del presidente: “Vamos a trabajar como siempre, votación a votación”.

La misma receta del Gobierno frente a la ruptura

En el Gobierno se mostraban convencidos de que el mandato podría seguir hasta 2027 por mucho que no hubiera Presupuestos, algo que habían asumido ya y a lo que también restan importancia dado el crecimiento de la economía con unas cuentas prorrogadas desde 2023. Y, con la nueva amenaza de Junts, plasmada en enmiendas a la totalidad a todas las normas en tramitación, plantean el mismo escenario: “El Gobierno de Pedro Sánchez mantiene su hoja de ruta basada en la responsabilidad, el cumplimiento y el diálogo”. El argumentario de Moncloa es que la mano sigue tendida a Junts. “Mantenemos la mano tendida a todos los grupos para seguir negociando y aprobando leyes que son beneficiosas para el conjunto de los españoles y también para los catalanes”, ha expresado el ministro de Economía, Carlos Cuerpo, que ha asegurado que se trabajará “ley a ley”.

Pero Junts ha advertido de que eso no les vale y se mantiene en un ‘no’ a todo. Lo que no ha aclarado Nogueras es si reculará en esa posición en el caso de que Sánchez cumpla con las exigencias de la formación independentista bajo la premisa de que no confían en que lo haga dos años después de haber suscrito los acuerdos. Y deja la pelota en el tejado del Gobierno, aunque por el momento sigue descartando una moción de censura para echar a Sánchez, que necesitaría de los votos de PP y Vox. Tampoco ven alicientes para Puigdemont en que haya unas elecciones que puedan conllevar un Gobierno de Feijóo con la ultraderecha.

Aunque algunas fuentes admiten la complejidad de mantener la legislatura con la endiablada aritmética parlamentaria, el mensaje que traslada el Gobierno es que no hay un KO hasta que haya una moción de censura exitosa que lograra sacar a Sánchez de Moncloa y es un escenario inimaginable, al menos por el momento, porque requeriría de la confluencia de PP, Vox y Junts apoyando a un candidato.

Sumar también confía en la estabilidad de la legislatura

El diagnóstico que hacen en Sumar sobre el último movimiento de los independentistas no difiere demasiado del de sus socios de Gobierno. Y tampoco de su análisis sobre los últimos movimientos de Junts, al que ven en cierto modo desnortado ante la emergencia en las encuestas de Alianza Catalana. La coalición plurinacional entiende que la legislatura solo peligrará cuando los de Carles Puigdemont decidan dar su apoyo a una moción de censura de PP y Vox. Y eso parece muy lejos por el momento.

Aunque evitó hacer declaraciones a los medios este jueves, la vicepresidenta segunda del Gobierno, Yolanda Díaz, aprovechó su paso por la Comisión de Trabajo en el Congreso para reprocharles su actitud y retarles a votar en contra de los permisos retribuidos en caso de fallecimiento de un familiar hasta los diez días que prevé llevar pronto al Consejo de Ministros. “Me va a permitir decir que el Gobierno de coalición le sienta muy bien a Catalunya”, le ha trasladado Díaz al diputado Josep Maria Cervera.

También se han posicionado en una línea similar otros miembros del espacio político, como el líder de Izquierda Unida, Antonio Maíllo, que ha considerado que la estabilidad de la legislatura está intacta y ha calificado de “fuegos de artificio” este nuevo movimiento de los independentistas. “Junts no ha hecho ningún anuncio, solo han dicho que van a votar con PP y Vox”, ha dicho por su parte la diputada de los Comuns Aina Vidal, que ha recordado que las leyes que están en tramitación en Catalunya hablan de cambio climático, de empresas, de democratización. “Si aman Catalunya, van a volver a negociar”, ha sentenciado.

El resto de socios mantienen el apoyo

La sensación en el grupo parlamentario es que a Junts se le hará muy difícil de sostener durante el resto de la legislatura, confiados en que el Gobierno aguantará hasta 2027, pase lo que pase en el Congreso. Y desde hace tiempo, su estrategia pasa por tratar de convertir las derrotas en señalamientos hacia los partidos que tumban las medidas. “Quien tumba pierde”, sostienen para poner de ejemplo lo que ocurrió con la reducción de la jornada laboral. En Trabajo creen que aquella votación se perdió en el hemiciclo, pero se ganó en la calle y que Junts terminará pagando este tipo de gestos.

Mientras tanto, los ministros de Sumar están satisfechos con las excepciones que ha hecho Junts a las leyes que quiere tumbar. De las cinco que apoyará, cuatro tienen que ver con las carteras del socio minoritario del Gobierno, la ley de atención a la clientela, trabajada en comisión y camino del Senado, que viene del Ministerio de Derechos Sociales, de Pablo Bustinduy, la nueva ley del Cine del Ministerio de Cultura, de Ernest Urtasun, la ley de Economía Social, de Trabajo, y el decreto para dotar de fondos a la ley ELA.

Otros socios del Gobierno como EH Bildu han transmitido esa misma idea de tranquilidad tras la decisión de los de Puigdemont. “Respetamos la decisión de Junts. Mientras exista la ventana de oportunidad y un Gobierno que nos permita entablar negociaciones para conseguir acuerdos que mejoren la calidad de vida de la gente en Euskal Herria, vamos a seguir trabajando”, ha dicho el diputado Oskar Matute en una entrevista en Tele7.

Mucho más duro ha sido el portavoz de ERC, Gabriel Rufián, que desde hace tiempo confronta directamente contra los posconvergentes. “Son muy pesados”, ha dicho, para vaticinar una posible moción de censura del PP apoyada por Junts. “Ahora es un juego que depende de quién aguanta más. O Feijóo con las presiones que va a tener para presentar una moción de censura. O Sánchez, para convocar elecciones. Yo apuesto por lo primero. Pero veremos”, ha dicho en declaraciones en los pasillos del Congreso.

Aguantar, ¿hasta cuándo?

Feijóo no tiene en sus planes presentar una hipotética moción de censura para la que a priori no tendría los apoyos suficientes. La estrategia del PP pasa por retratar una legislatura “fallida, acabada y agónica”, según la definición de la portavoz en el Senado, Alicia García. “¿Cómo era eso del Gobierno más estable de Europa?”, ha sido la reacción del líder del PP al anuncio de Junts de votar ‘no’ a todo lo que proponga el Gobierno.