En un país que alguna vez pareció dispuesto a saldar su deuda histórica con la comunidad afroargentina, el avance del ajuste y la desarticulación de los organismos de derechos humanos marcan un nuevo ciclo de retroceso. La eliminación del INADI, la ruptura de los canales de diálogo con las organizaciones y el retiro del Estado de los espacios internacionales evidencian una política que vuelve a negar el racismo estructural y borra de la agenda pública la discusión sobre justicia racial.

El comienzo del Mes de la Afroargentinidad es sin dudas un buen momento para reflexionar sobre cuánto retrocedió la Argentina en materia de derechos humanos. En un escenario de ajuste y desmantelamiento institucional, la vida cotidiana de las mayorías populares se volvió más precaria y las políticas destin

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