El tañer de las campanas de la Colegiata de Gandia responde a «un arraigado uso social» que en tiempos antiguos incluso «regulaba los horarios de riego de la huerta», y ese sonido se remonta «a la fundación de la ciudad y al reloj que se instaló en el año 1500», de manera que no hay normas que impidan que sus repiques sigan anunciando el paso de tiempo en la capital de la Safor.

Son algunos de los muchos argumentos que acaba de avalar el Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana (TSJ) en la segunda y posiblemente definitiva sentencia que da la razón al Ayuntamiento de Gandia y desestima el recurso presentado por una pareja de Gandia con una vivienda cerca de ese templo . Esas dos personas han intentado, desde el mes de agosto de 2020, silenciar las campanas porq

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