SOFÍA, Bulgaria (AP) — Bulgaria se afana por evitar el cierre de su única refinería de petróleo antes de que las sanciones de Estados Unidos al propietario ruso entren en vigor más adelante este mes.

El Parlamento en Sofía aprobó cambios legales que otorgan autoridad estatal adicional a un administrador, designado por el gobierno, para la refinería de Burgas, propiedad de Lukoil, en la costa del mar Negro.

La medida se tomó después de que una importante firma internacional de comercio de materias primas abandonara sus planes para adquirir los activos internacionales de Lukoil, rechazando las acusaciones del gobierno de Estados Unidos de ser "un títere del Kremlin".

Lukoil anunció la venta de sus activos internacionales en respuesta a las sanciones con las que Washington quiere presionar

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