Marcha atrás de Von der Leyen en su propuesta del marco financiero plurianual de la UE. La presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen, ha tenido que ceder en el diseño que presentó para el presupuesto europeo de 1,8 billones de euros correspondiente a los años 2028 y 2034 (conocido con las siglas MMF) tras la rebelión en el Parlamento europeo. Los eurodiputados conservadores de su partido y de las otras formaciones que respaldaron su presidencia como los socialistas, los liberales de Renew y los Verdes anunciaron el veto al plan presupuestario si no había cambios radicales en su propuesta.

Este domingo Von der Leyen envió una carta a la presidenta del Parlamento europeo, Roberta Metsola, y a la primera ministra de Dinamarca, Mette Frederiksen, en representación de los 27 estados miembros de la UE, en la que presentaba una serie de cambios en los temas que habían provocado las quejas de los europarlamentarios.

El plan presupuestario inicial de Von der Leyen era fusionar el presupuesto regional y agrícola en un solo fondo, permitiendo a los gobiernos nacionales que decidieran cómo se gastaría ese dinero y dejando al Parlamento europeo fuera de la toma de decisiones en la implementación de las cuentas de la UE. Con este planteamiento, los eurodiputados avisaron que iban a tirar el presupuesto europeo. De hecho, el líder del grupo del Partido Popular Europeo (PPE) en el Parlamento Europeo, Manfred Weber, ha sido uno de los cabecillas de la revuelta acentuando su enfrentamiento con su correligionaria en la Comisión Europea.

En su carta, Von der Leyen planteó una serie de cambios para salvar la situación: por un lado, se va a dar a los líderes regionales más capacidad para decidir cómo se gasta el dinero ofreciéndoles un asiento en las reuniones de planificación presupuestaria entre los gobiernos nacionales y los funcionarios de la Comisión. Además, habría una especie de garantías para reducir el riesgo de que los gobiernos nacionales recorten los pagos a las regiones más desarrolladas, además de los 218.000 ya presupuestados para las regiones más pobres.

Además, se concede un “objetivo rural” que obligaría a los Gobiernos nacionales a gastar el 10% del dinero en agricultura, que se sumarían a los 300.000 millones en financiación directa que ya estaban en el proyecto de presupuestos para la agricultura. Finalmente, se aporta un “mecanismo de dirección” para dar al parlamento más capacidad de decisión sobre las prioridades de financiación y gasto del MMF.

La presidenta del Parlamento europeo, Roberta Metsola, ha señalado que la reunión con Von der Leyen fue “constructiva” y “las propuestas son un buen paso adelante”, aunque también y le comunicó las “preocupaciones” sobre las propuestas de la Comisión en relación con el papel de las autoridades regionales, la Política Agrícola Común y el papel del Parlamento.

Tras la reunión con Metsola y Frederiksen, la presidenta de la Comisión Europea ha escrito en la red social X que se “han aclarado y fortalecido los objetivos en 3 áreas clave: Asegurar el papel de las regiones, reforzar la identidad de la Política Agrícola Común y mejorar la gobernanza. Ahora tenemos una comprensión sólida de las propuestas y un camino claro a seguir”.

Sin embargo, ahora está por ver qué va a pasar el miércoles cuando se vote la propuesta de Presupuestos europeos en la Cámara comunitaria. Entre otras cosas porque ni los eurodiputados del PPE ni otros diputados a la izquierda ven clara la respuesta de Von der Leyen. “La pelota está en el tejado de la Comisión”, avisó el vicepresidente del Grupo PPE, Siegfried Muresan, pocos minutos antes de que acabara la reunión entre la presidenta de la Comisión y su homóloga en la Eurocámara.

Por otro lado, se van a acentuar las tensiones entre la presidenta de la Comisión Europea y los líderes de los 27 países tras su marcha atrás. “Es una forma de ganar una batalla institucional” del Parlamento europeo frente al Consejo Europeo, según un diplomático de la UE, que añade que estos cambios podrían provocar que algún país ponga problemas si hay un nuevo borrador presupuestario.

“Creo que es razonable y justo que el Parlamento plantee preocupaciones políticas sobre el marco financiero plurianual, que se negocia entre los Estados miembros en el Consejo y terminará en un acuerdo a nivel de Estados y el Consejo Europeo. Una vez que se haya alcanzado este acuerdo, el Parlamento europeo tendrá que dar su consentimiento. Ese es el procedimiento previsto en los tratados”, explica otro diplomático europeo para explicar la posición de fuerza que ha adoptado de la Eurocámara para marcar terreno, pero que no ve problemas para que se consensúe una propuesta.