Redacción/Sol Yucatán
La feria más grande de Yucatán comenzó entre luces, música… y polémica. Porque este año parece que la diversión es solo para los cuates del poder.
Primero, más de 70 millones de pesos fueron adjudicados sin licitación a empresas ligadas a Mario Millet Encalada para “remozar” el recinto ferial. ¿El resultado? Filtraciones, encharcamientos y fallas eléctricas… desde la inauguración.
Luego, la joya del conflicto de interés: la empresa “Toros Yucatán”, encargada del palenque y los festejos bravos, pertenece a Alberto Basulto Soberanis, actual director del Instituto Promotor de Ferias. O sea… el que organiza la feria se contrató a sí mismo.
Y, por si faltaba drama, en la muestra internacional ovina, el rancho “El Chaparral” —propiedad del diputado y presidente de

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