El aroma de tortillas y carne asada aún flota en el aire de Emilio’s Kitchen, un restaurante mexicano en Atlantic Highlands, Nueva Jersey. Sin embargo, la alegría se ha visto empañada por la detención del chef Ruperto Vicens Márquez, de 38 años, arrestado por el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) el 19 de octubre. Desde entonces, Ruperto permanece en un centro de detención en Newark.
Su hermano y socio, Emilio Vicens Márquez, recuerda el momento del arresto: “Ese día iba camino al trabajo y nunca llegó. Por un momento pensé que lo habían secuestrado”. Horas después, Ruperto logró comunicarse con Emilio para informarle sobre su situación y pedirle que contactara a su abogado. La noticia fue devastadora para su familia, que incluye a tres hijos ciudadanos estadounidenses.
La esposa de Ruperto se mostró angustiada, preocupada por el bienestar de sus hijos. “Quería sacar los pasaportes de los niños e irse del país”, relata Emilio. Los niños, de 4, 6 y 8 años, no comprenden completamente la situación; los más pequeños creen que su padre está de vacaciones, mientras que la mayor se muestra triste y ansiosa por su ausencia.
A pesar del dolor, Emilio continúa operando el restaurante, donde cada plato refleja la dedicación de su hermano. “Se siente como una casa a la que le falta una de las vigas más fuertes”, expresa Emilio, quien también se encarga de sus hijos.
El Gobierno de Trump sostiene que Ruperto tiene una orden final de deportación, pero su abogado, Steven Lyons, argumenta que Ruperto posee un permiso de trabajo válido hasta 2028 y está en proceso de regularizar su estatus. Lyons asegura que el cargo mencionado por ICE fue desestimado en 2010 y que no representa un delito grave. “Ruperto no representa ningún riesgo para la comunidad”, afirma.
La comunidad de Atlantic Highlands ha mostrado un fuerte apoyo a Ruperto. La alcaldesa, Lori Hohenleitner, ha liderado esfuerzos para recaudar fondos a través de una campaña de GoFundMe, que ha recaudado más de 95,000 dólares hasta el momento. “Esta no es una situación política. Esta es una situación de vecinos y amigos”, declaró Hohenleitner en redes sociales.
Emilio agradece el respaldo de la comunidad, que los ha tratado como familia. “Es una bendición tener tanto apoyo”, dice. La audiencia de libertad condicional de Ruperto está programada para el 13 de noviembre, y la comunidad espera que pronto pueda regresar a casa y reanudar su labor en la cocina, donde su talento es muy apreciado. “Cuando pruebas la comida, te da vida”, concluye Emilio, esperando que su hermano regrese pronto a su hogar y a su cocina.

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