Los aranceles encarecen la vida de los estadounidenses. En concreto, la cesta de la compra, en contra de lo que lleva meses diciendo el presidente de EEUU, Donald Trump, que este viernes ha tenido que recular y anunciar la eliminación de los gravámenes a la carne de res, el café, las frutas tropicales y otros productos básicos con la intención de combatir mejor los altos precios al consumidor.
Trump ha basado su segundo mandato en la imposición de fuertes aranceles a los productos importados a Estados Unidos con la esperanza de incentivar la producción nacional e impulsar la economía estadounidense. Pero ahora está viendo que esa política se está traduciendo en problemas para el día a día de los estadounidenses después de la victoria demócrata en Nueva York, Nueva Jersey y Virginia y a un año exacto de las elecciones legislativas de mitad de mandato.
“Simplemente, hemos reducido un poco los aranceles a algunos alimentos como el café”, ha reconocido Trump este viernes en el Air Force One mientras volaba a Florida para jugar al golf el fin de semana. Sobre si hará más cambios arancelarios, ha dicho: “No creo que sea necesario”.
Al ser preguntado sobre si sus aranceles contribuyen al aumento de los precios, Trump reconoció: “Diría que, en algunos casos, pueden tener ese efecto. Pero en gran medida, los han asumido otros países”.
Mientras tanto, la inflación —a pesar de las declaraciones de Trump de que ha desaparecido desde que asumió el cargo en enero— se mantiene elevada, en el 3%, lo que aumenta aún más la presión sobre los consumidores estadounidenses.
“El presidente Trump finalmente admite lo que siempre supimos: sus aranceles están elevando los precios para el pueblo estadounidense”, declaró el representante demócrata de Virginia, Don Beyer, en un comunicado. “Tras la contundente derrota en las recientes elecciones debido a la furia de los votantes por el incumplimiento de las promesas de Trump de controlar la inflación, la Casa Blanca intenta presentar esta retirada arancelaria como un 'giro hacia la asequibilidad'”.
Los precios récord de la carne de res han sido una preocupación singular, hasta el punto de que Trump anunció un acuerdo con Argentina para aumentar la oferta, con protestas de los productores estadounidenses.
Así, Trump ha terminado firmando este viernes un decreto que elimina los aranceles a la carne, el té, los zumos de frutas, el cacao, las especias, los plátanos, las naranjas, los tomates y ciertos fertilizantes. Algunos de los productos incluidos no se producen en Estados Unidos, lo que significa que los aranceles destinados a impulsar la producción nacional tuvieron poco efecto. Sin embargo, la reducción de los aranceles probablemente se traducirá en precios más bajos para los consumidores estadounidenses.
La Casa Blanca declaró el viernes que algunos de los gravámenes que Trump impuso a casi todos los países del mundo hace meses ya no eran necesarios, dados los acuerdos comerciales que había negociado con socios comerciales de Estados Unidos, informa The Associated Press .
De hecho, el anuncio del viernes se produce después de que la administración Trump alcanzara acuerdos con Ecuador, Guatemala, El Salvador y Argentina, cuyo objetivo es facilitar a las empresas estadounidenses la venta de productos industriales y agrícolas en estos países, además de contemplar una posible reducción de aranceles sobre los productos agrícolas que allí se producen.
Cheques de 2.000 dólares
Trump ha circulado la idea de que lo recaudado mediante aranceles a las importaciones se podría traducir en cheques de 2.000 dólares para los estadounidenses. El presidente de EEUU sugirió que dichos cheques podrían emitirse en 2026, pero no especificó la fecha, limitándose a decir: “En algún momento del año”. Sin embargo, Trump también mencionó que los ingresos arancelarios federales podrían utilizarse para reducir la deuda nacional, lo que plantea dudas sobre la cantidad de fondos federales necesarios para ambos fines.
Trump rechazó las insinuaciones de que intentar realizar pagos directos a los estadounidenses podría elevar la inflación, a pesar de haber acusado en el pasado de que cheques similares durante la pandemia y por administraciones anteriores para estimular la economía tuvieron precisamente ese efecto.
“Este es dinero ganado, no dinero inventado”, afirmó Trump. “Todos, excepto los ricos, lo recibirán. No es dinero inventado. Es dinero real. Proviene de otros países”. Y señaló que los cheques no se distribuirán antes de Navidad y que llegarán el próximo año.

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