Ha pasado ya medio siglo desde el veinte de noviembre de 2025 en que Carlos Arias Navarro nos dijo: «Españoles, Franco ha muerto». Pero a veces da la impresión de que no ha muerto de verdad, pues muchos políticos, fundamentalmente de izquierda, no paran de hablar de él a todas horas, como si le tuvieran miedo, como si, al igual que el Cid campeador, siguiera venciendo batallas después de muerto. Tienen una obsesión que no les deja dormir y como nuevos dictadores no paran de legislar para tratar de borrar, por ley, todo aquello que sobre él aun pueda permanecer en nuestra memoria. Siendo la memoria una facultad de nuestro espíritu no entendemos por qué no se respeta nuestra libertad para recordar, pensar y opinar como mejor nos parezca. Aunque uno aún no había nacido, la más auténtica memor

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