“¿Por qué no?” se pregunta Luis Tendlarz, dueño de una fábrica con más de 70 años y titular de la Federación de la Industria Textil Argentina (FITA) mientras defiende el “Plan de competitividad” que le presentó al Gobierno nacional para surfear la caída del 18,1% de la actividad y seis de cada diez máquinas detenidas.

“¿A caso el RIGI, la ley de economía del conocimiento -o la reciente baja de retenciones al petróleo- no son políticas sectoriales?”, interpela y alerta por la necesidad de “hacer algo” frente al ingreso de prendas desde otros países por u$s 1. Aun así, se diferencia de los textiles que buscan “protección” frente al boom de importaciones.

El empresario que dirige una de las hilanderas textiles más sólidas y con mayor tecnología del país valora la baja de la inflación y el o

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