En medio de crecientes tensiones por el despliegue militar de Estados Unidos en el Caribe, un petrolero ruso se vio obligado a cambiar de rumbo al ser bloqueado por un buque de guerra estadounidense. La embarcación, conocida como Seahorse, se dirigía a Venezuela para entregar un cargamento de combustible, pero su paso fue interrumpido por el destructor USS Stockdale, que se encontraba en la zona.
Según la agencia de noticias Bloomberg, el Seahorse tenía como destino Venezuela y su llegada estaba programada para el 13 de noviembre. Sin embargo, tras el bloqueo, el buque ruso optó por regresar y navegar hacia Cuba, transitando por aguas territoriales venezolanas en dirección a Puerto Rico. A pesar de sus intentos, el petrolero no logró ingresar a Venezuela y continúa navegando por el Caribe.
El Seahorse está sujeto a sanciones impuestas por el Reino Unido y la Unión Europea, y es uno de los cuatro buques rusos que transportan nafta a Venezuela, un país que también enfrenta sanciones. Este incidente se produce un día después de que el Parlamento venezolano aprobara una prórroga de 15 años para las operaciones de dos empresas petroleras con participación rusa.
Desde los gobiernos de Hugo Chávez y Nicolás Maduro, Venezuela ha establecido varias empresas mixtas con la estatal Pdvsa y compañías de países aliados como China y Rusia. Entre estas, se encuentran Petroperijá y Boquerón, que son operadas en conjunto con Roszarubezhneft, la empresa que heredó los activos de Rosneft en Venezuela, sancionada por Estados Unidos en 2020.
A pesar de las sanciones y los bloqueos, el régimen de Maduro ha incrementado su producción petrolera este año, superando el millón de barriles diarios, aunque aún está lejos de los casi tres millones que producía en 2014, según informes de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (Opep).

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