El 6 de diciembre de 1978 fue un día histórico para España. En Cantabria , el ambiente era de esperanza y expectación. Por primera vez, miles de cántabros se acercaban a las urnas para votar la Constitución Española , el texto que sentaría las bases de la democracia moderna tras décadas de dictadura.

Las portadas de toda España hablaban de un país que despertaba, de colas en los colegios electorales y de una palabra que lo resumía todo: SÍ .

El día en que Cantabria votó por la democracia

En la región se habilitaron 462 mesas electorales para recoger el voto de los 363.880 cántabros censados . Desde primera hora de la mañana, las urnas se llenaron de papeletas y de ilusión.

Fue un día ventoso y soleado , con viento sur y conversaciones en cada esquina. Solo tres partidos — UCD , PSOE y ORT (Organización Revolucionaria de Trabajadores) — nombraron interventores en las mesas, un reflejo del clima político de aquellos primeros años de transición.

El resultado fue contundente: más del 80 % de los cántabros votaron a favor de la Constitución , avalando el inicio de una nueva etapa política.

Santander, entre urnas y esperanza

En Santander , la participación fue altísima. El 83,59 % de los votantes apoyó el texto constitucional, mientras que un 12,33 % votó en contra. En municipios como Torrelavega (85,8 %) o Camargo (88,9 %) el respaldo fue aún mayor.

Las imágenes de aquella jornada mostraban colas en los colegios, diputados, alcaldes y ciudadanos comunes depositando su voto. Entre ellos, figuras clave como Jaime Blanco , Modesto Piñeiro o Justo de las Cuevas , junto al alcalde Juan Hormaechea .

Hasta el obispo de Santander fue fotografiado “a punto de votar”, una escena simbólica que mostraba cómo todos los estamentos de la sociedad participaban en la jornada.

La prensa y el nacimiento de la democracia

Los medios de comunicación celebraron el resultado con titulares enérgicos y esperanzadores.
Los artículos de opinión apelaban al diálogo , la tolerancia y el sentido de la responsabilidad , destacando la importancia de formar una ciudadanía democrática después de tantos años de silencio.

Uno de los mensajes más repetidos era claro:

“La democracia está a punto de tener su primer día de vida en España y puede constituir el medio para formar en el diálogo y la tolerancia a las generaciones venideras.”

Era una mezcla de ilusión y prudencia. El país celebraba el cambio, pero también comprendía la fragilidad de un proceso que apenas comenzaba.

El símbolo de una nueva España

La sanción real por parte del rey Juan Carlos I , el 27 de diciembre de 1978, consolidó la entrada en vigor de la Constitución Española . «El mejor aval para que España inicie un periodo de grandeza», se dijo entonces.

En Cantabria , aquella jornada se recuerda como el día en que la democracia se hizo realidad .
Una generación que había vivido la posguerra y la censura acudió a las urnas para abrir una nueva página en la historia.