Entre Rivadavia y Yerbal , en pleno corazón del barrio porteño de Flores , hay una calle de una sola cuadra que parece suspendida en otra época. Quienes caminan por allí rara vez imaginan que bajo sus pies puede haber un túnel centenario y, sobre todo, una historia que conecta a Buenos Aires con su pasado más oculto.
El pasaje La Porteña es uno de esos lugares donde el trazado perfecto de la ciudad se rompe. A diferencia del damero porteño, esta calle corta la cuadrícula con una naturalidad misteriosa, casi como si hubiera estado ahí antes que el resto. En silencio, guarda la memoria de un barrio que alguna vez fue una villa de descanso y hoy late en medio del tránsito.
Su origen se remonta a una antigua casaquinta llamada “Las Lilas” , levantada antes de 1885. Allí vivió l

Clarín

Clarín Sociedad
People Books
People Top Story
AlterNet
Raw Story
CNN Video
OK Magazine
Law & Crime
Atlanta Black Star Entertainment